Por: Fulana de Tal
Me disculparan, estimados lectores, que empecemos nuestra relación de una forma tan materialista, pero ya que el Día de la Mujer solo se habla de regalos y a menudo los señores no tienen la capacidad de observación y detalle requerida para elegirlos bien, debía llamar su atención ofreciendo una solución a tan engorroso problema.
Arriesgándome a ser acusada de «publicidad engañosa» por el título de la columna, debo aclarar que no es de regalos de lo que vamos a hablar hoy y el tema es propicio porque en fechas como esta se suelen dar los mismos discursos con frases repetidas y repartir chocolates (lease calorías) y flores por doquier…la publicidad y el enfoque aspiracional de la vida moderna nos lleva a eso, pero pocos se detienen a pensar en nuestros problemas actuales, y es que ser mujer es todo un reto, por donde quiera que se le mire.
¿Quién puede levantar niños, bañarlos y vestirlos, darles el desayuno, arreglarse, maquillarse, irse al trabajo en transporte público y llegar sonriente e informada a la oficina antes de las 8 a.m.? Luego, salir del trabajo, pasar a comprar a la tienda, recoger los niños, hacer tareas, preparar la cena y el almuerzo del día siguiente, alistar uniformes y esperar a la pareja con la mejor disposición? Ah, pero ojalá seamos ordenadas, la casa esté limpia, las plantas regadas y la ropa planchada…
Y aún si la mujer no es madre ni ama de casa, la vida tampoco se le hace fácil. La gran cantidad de exigencias superficiales acerca de la apariencia y los cánones de belleza hacen que la maleta de la feminidad no sea liviana. Banalidades odiosas como caminar en tacones todo el día, someterse a largas sesiones de maquillaje (y posteriormente desmaquillarse), pegarse pestañas con pegamento (¡qué miedo!) y perder miles de horas de vida en todo tipo de truculencias para parecer más jóvenes, hacen de éste, un camino muchas veces tortuoso.
Todo lo anterior, sumado a lo más importante y doloroso: los altos índices de violencia contra la mujer y el acoso que padecemos a diario en sus más variadas formas. Las cifras aumentan y la impunidad también. Homicidios, delitos sexuales, violencia interpersonal e intrafamiliar son el pan de cada día y aún así hay quienes dicen que el feminismo es cosa de unas señoras histéricas desocupadas a las que les falta marido. Bien vale la pena señores revisar la conversación dada esta semana en twitter bajo el Hashtag #ComoHombres, un compendio de reflexiones para ponerse en los zapatos de ellas, aprender, ser más empáticos y cambiar. Sí, cambiar, porque eso de que “loro viejo no aprende a hablar” no es más que una excusa para quedarse en la comodidad de la ignorancia.
Por todo esto y mucho más es que todos deberíamos ser feministas. Y eso sí que sería un verdadero regalo el día de la mujer. (por si las moscas, aquí les dejo la definición)
Feminismo:
- m. Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.