Desde tiempos remotos, los seres humanos han creado diferentes vínculos con los animales, bien sea por la productividad que representan para el diario vivir o porque algunos, como el perro o el gato, se han convertido en compañeros de vida.
Sin embargo, más que una mascota, para los humanos, los animales se han convertido en miembros de sus familias e incluso en seres que pueden ayudar a mejorar problemas físicos, cognitivos o psicológicos.
“Desde hace varios años la ciencia ha entendido a los animales como seres capaces de influenciar positivamente en tratamientos de pacientes que padecen síndromes o están atravesando dificultades psicológicas. Por ejemplo, en una persona con depresión, una mascota puede jugar un papel importante en el momento en que su existencia le ocupa su mente en el cuidado y el tiempo que debe dedicarle al animal. Tener la atención puesta en otra cosa ayuda anímicamente al individuo”, explica la psicóloga Daniela Arboleda Medina.
Desde el siglo XVII en el mundo se ha hablado de la zooterapia o terapia asistida por animales, que, según el Instituto Superior de Estudios Psicológicos de España, es una alternativa para “promover la evolución positiva de las funciones físicas, emocionales, sociales y cognitivas de distintos pacientes”.
La Equinoterapia es uno de los métodos de terapia asistida con animales más conocidos y usados en la actualidad. Con caballos, especialistas tratan de mejorar la calidad de vida de personas con síndrome de Down, esclerosis múltiple, distrofia muscular, amputaciones de miembros, lesiones medulares, parálisis cerebral, entre otras patologías.
En personas con dificultades motrices, por ejemplo, la terapia con caballo, permite que estos pacientes puedan familiarizarse nuevamente con la sensación de caminar debido al patrón de marcha que tiene el animal.
“El caballo, con sus movimientos, manda impulsos a través de la medula espinal de las personas, las cuales llegan al cerebro y provocan la sinapsis de las neuronas, es decir que estas se juntan y provocan descargas eléctricas que hacen que trabajen las áreas del cerebro que están adormecidas o actuando de una manera lenta”, aseguró el equinoterapeuta Robeto Vega para Radio Dual Televisión.
Así mismo, investigaciones han concluido que la compañía de ciertos tipos de animales, como los perros, los gatos, los caballos y hasta los delfines, generan sensaciones de tranquilidad y relajación que beneficia el factor psicológico en adultos mayores.
Los animales se han convertido en apoyos esenciales en el desarrollo de procesos terapéuticos, potenciando la recuperación integral de cualquier persona con enfermedades físicas o psicológicas.