Gustavo Álvarez Gardeazábal se despide como columnista

Es su última columna, titulada Adiós, Gustavo Álvarez Gardeazábal escribió, “La creciente irresponsabilidad que generan las redes, la velocidad con que se fusila moralmente a quien se atreve a escribir columnas vaciándolo con falsas noticias o con insultos a doquier lo ha hecho un oficio, a más de riesgoso, infinitamente fastidioso.”

Con esta frase, el político y escritor del libro Cóndores no entierran todos los días, enmarca una de las razones por las que se retira de su quehacer de columnista y deja sobre la mesa la discusión sobre la crisis que vive el periodismo por la premura del querer contar y el querer saber.

Es sin duda, la inmediatez que ofrecen las redes sociales y la precocidad con la que las personas quieren conocer y generar contenido la piedra en el zapato del periodismo, un oficio de verdad y contraste que, en su afán de complacer los lectores en esta época de lo digital, puede caer en la trampa de las falsas noticias, de las opiniones sin argumentos y de la información a medias.

La prontitud con la que ahora los públicos quieren consumir contenidos, no puede ser una excusa para que los medios, comunicadores y periodistas, falten a las características principales y esenciales del buen periodismo. La veracidad, la opinión de ambas caras de la moneda y la descripción fiel y exacta de los hechos debe seguir siendo la columna vertebral del nombrado por Gabriel García Márquez como el mejor oficio del mundo.

Es deber también del lector, revisar varias fuentes noticiosas para no caer en la desinformación o en la conspiración, usar responsablemente las redes sociales y ser cautelosos con la información compartida.

Álvarez Gardeazábal es licenciado en letras de la Universidad del Valle y Doctor Honoris Causa en Literatura de la misma alma mater. Fue concejal en Cali, diputado de la Asamblea del Valle, primer alcalde popular de Tuluá y gobernador del Valle del Cauca.

Fue columnista durante 50 años, escribió diariamente artículos de opinión durante una década en ADN y analista político en el programa La Luciérnaga de Caracol Radio durante 9 años.